ASPEGI: deporte femenino, ese gran desconocido
15/11/2016 | María Eugenia Iparragirre

El 10 de noviembre acudí a la primera edición de La capital del conocimiento: Diálogo entre mujeres, abriendo con el deporte, acto organizado por la Asociación de Profesionales y Empresarias de Gipuzkoa, ASPEGI. Se trata de un nuevo ciclo de actos anuales, donde se busca dar voz y reconocimiento a mujeres profesionales que lideran y gestionan diferentes entidades y socializar con esa otra realidad también existente, poniéndoles cara y exponiendo sus formas de hacer.
Este primer ciclo se ha iniciado con profesionales del deporte. Acudieron como ponentes Tati Garmendia, responsable de la sección de balonmano del club BeraBera; Mari Ayestarán, responsable de sección de Hockey Femenino de la Real Sociedad, dedicándose a la gestión Deportiva y Administrativa; Azu Muguruza, entrenadora durante 20 años del IDK Gipuzkoa de Baloncesto y Nekane Soria, Consejera de la Real Sociedad de Fútbol y una de las principales impulsoras del equipo femenino, aparte de promover el Plan de Igualdad de la Real Sociedad de Fútbol en 2012. Todas ellas en puestos de cargos técnicos muy relevantes que han situado a Gipuzkoa como un referente.
De lo escuchado en el acto destacaría tres ideas diferenciadas pero concatenadas, siendo su adecuada progresión la que marcará el camino a la igualdad absoluta en el deporte entre hombres y mujeres.
Profesionalización: Es indiscutible que se ha avanzado mucho en este campo, siendo igualmente indiscutible todo lo que aún queda por hacer. El objetivo es la generación de toda una estructura profesional en los equipos femeninos. El adecuado funcionamiento de esas estructuras permitirá que, poco a poco, terminen siendo exigencias, para así crear estructuras completamente profesionalizadas, lo que conllevaría que las deportistas pudieran vivir de ello, tal y como lo hacen sus homólogos masculinos, incluso estando en categorías inferiores.
Parte de esa profesionalización acarrearía formarse para, en el futuro, tener opción de entrenar equipos, tanto masculinos como femeninos. Tenemos muy normalizado que los hombres entrenen equipos femeninos, pero no que las mujeres hagan lo mismo con los masculinos.
Además de efectivas, esas estructuras deben ser rentables para las empresas que quieran invertir en el patrocinio de los equipos. Hay que hacer que quienes quieran invertir en clubs vean el deporte femenino como una opción atractiva.
Visibilidad en los medios: Los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad social de dar visibilidad al deporte femenino. Es inaceptable que para poder encontrar el horario de un partido de baloncesto o fútbol femenino (deportes mayoritarios cuando hablamos de hombres), tengas que ir a medios especializados. No es una información que se le dé al seguidor de a pie. Quien quiera seguir el día a día de un deporte femenino, debe acudir por sí mismo a la red a investigar, cuando con los deportes masculinos (siempre que sean mayoritarios) no es así.
La falta de visibilidad en los medios se justifica muchas veces con las dificultades que tienen los equipos para llenar las canchas. El sábado de esa misma semana, el polideportivo Gasca de Donostia acogió un partido de la EHF Cup (competición internacional) que enfrentaba al BeraBera con el Brest Bretagne francés. Con un aforo de casi 2.000 asientos, las gradas estaban llenas. También me gustaría decir que el eco que se le dio a este partido fue mucho mayor que a cualquier otro. Entonces, ¿estamos seguros de que la falta de visibilidad es consecuencia de la dificultad de llenar las pistas? ¿No podría ser al revés?
Lo que está claro, y es algo que se defendió durante las intervenciones, es que tenemos que conseguir que todos los estadios, canchas o pistas donde jueguen las mujeres en Gipuzkoa estén llenos. Y para que ese deseo se haga realidad, los medios de comunicación deben asumir su parte de responsabilidad y actuar, ya que hay mucho que ganar.
Además, el deporte es una herramienta muy útil para reivindicar la igualdad de derechos de las mujeres en la sociedad; cuanta más repercusión se dé a los logros (porque los hay, y muchísimos), más visibles seremos y más normalizada estará la participación de la mujer en la sociedad.
Tampoco negaré que no se haya avanzado en este campo, pero debo decir que el espacio que el deporte femenino ha ido adquiriendo ha sido la consecuencia de sus éxitos deportivos, éxitos ante los que la prensa no podía callar. Sabemos que lo que no se comunica, no existe, por lo que a mayor visibilidad tengamos las mujeres, más relevantes y más referentes seremos.
Sin embargo, aunque las mujeres deportistas hayan ganado espacio, el tratamiento que reciben no se parece en absoluto al de los hombres. Nos escandalizaríamos con el enfoque que se les da a muchas noticias sobre mujeres si estas se refirieran a hombres. Está muy normalizado que el morbo informativo sea más importante que el acontecimiento deportivo en sí, cebándose en especial con las mujeres. Es muy común referirse a las deportistas como niñas en vez de como mujeres, cuestión que sería impensable con el género masculino. Dar el mismo valor a la vida íntima que a los logros deportivos, o el tipo de fotos que ilustran las noticias, es muy diferente también cuando hablamos de deporte masculino y femenino.
Se destacó que éste será uno de los peldaños más difíciles en el proceso de crear esas estructuras profesionalizadas. Tal y como he dicho señalado antes, los medios de comunicación tienen que ser plenamente conscientes del papel que juegan en la sociedad, y adecuar su contenido a los tiempos que corren.
Perspectiva femenina: aporte de una diferente manera de gestión: La última idea del acto versaba sobre cuán diferentes serían las cosas si las mujeres hubieran accedido a esos puestos unos cuantos años antes. Como ejemplo, se comentó que el equipo femenino de la Real Sociedad de fútbol no utilizaba los servicios de lavandería, como sí lo hacen los equipos masculinos. No fue porque les fueron vetados, sino porque a nadie se le ocurrió que pudieran o debieran utilizarlos. Cuando Nekane Soria llevó la iniciativa al Consejo de Administración, se aprobó sin ningún tipo de problema.
Cuando hablamos del futuro después del deporte, la gestión del futuro de las jugadoras también está siendo diferente si quien está a cargo es un hombre o una mujer. Y si esa mujer ha sido antes jugadora, la diferencia es aún mucho más grande, ya que conocen a la perfección esa situación.
Aún hay mucho camino que recorrer, pero el acceso de la mujer a los ámbitos de poder hace que ese objetivo esté más cerca que ayer.