La historia se sigue repitiendo
04/09/2017 | María Eugenia Iparragirre

Un hombre huye, con su hijo en brazos, dejando atrás una ciudad en llamas. Se trata de una fotografía que conmueve. Podría haber sido sacada aquí o allá; podría ser de ahora o de hace mucho tiempo. ¡La historia se repite tantas veces!
La imagen que ilustra este post es de mi ciudad, de Irun. Fue sacada hace exactamente 81 años, tal día como hoy, 4 de septiembre, aunque desgraciadamente escenas como esta se han repetido en tantos lugares desde entonces que parece que no aprendemos, que no queremos aprender de nuestros errores.
Ese día que “amaneció con un ligero xirimiri”, como recuerda José Ramón Vega, las tropas golpistas de Franco entraron en la localidad y la hicieron caer, tras una larga lucha que ya el día 26 de agosto había alcanzado el fuerte de San Marcial, haciéndola perecer entre las llamas. Desde entonces han sido muchas las guerras que se han librado tal vez con diferentes intereses, pero con el común resultado de hombres y mujeres que huyen, con niños en sus brazos o sin ellos, únicamente con la supervivencia como horizonte.
Los conflictos de Siria o de numerosos puntos de África nos ofrecen la coartada de la lejanía geográfica y cultural para evitar mirar a los ojos a su drama diario; el tono sepia de la fotografía que ilustra este post nos dibuja la excusa de la lejanía temporal e histórica para justificar un olvido que podría conllevar la repetición de esos errores.
Será que el ser humano repite cíclicamente sus patrones de actuación; los patrones con los que nos relacionamos, con los que actuamos de la misma manera, de la misma horrible manera. Ya en mis tiempos de estudiante, en EGB, BUP o COU, las clases de historia me despertaban la sensación de que, desde los romanos, las situaciones se iban repitiendo periódicamente.
Han pasado 81 años y las guerras siguen impregnando de injusticia muchos lugares del mundo; unas pocas, con gran estruendo mediático y otras, con un vergonzoso silencio que, como un ligero xirimiri, siguen produciendo constantes muertes.